La pasión por los petardos ruidosos
Son los petardos más tradicionales, pero este año regresan con fuerza dispuestos a poner la nota sonora en la noche en la que se despide el año. Eso al menos es lo que aseguran los trabajadores de la Papelería Porras, el único establecimiento de la ciudad con permiso de la Subdelegación del Gobierno para vender petardos.
Las colas en la Papelería Porras son tradicionales en Fin de Año.
Los petardos de ruido se están convirtiendo en el producto que más pide la gente
aseguran. Su precio, además, es de los más asequibles -la caja de cinco unidades vale dos euros- lo que favorece su venta en esta época de crisis.
Con bastante fuerza se mantienen en el mercado los petardos de colores.
Se puede elegir el color que uno desee, y también hacen ruido
explican desde el establecimiento. Hace unos tres años, sin embargo, este tipo de petardos eran los líderes en el mercado.
Otras opciones de compra son las clásicas tracas o las bengalas. Los doce cohetes silbadores -uno por cada mes del año- son otra de las grandes adquisiciones en esta época del año en la que todos buscan empezar el siguiente con una fiesta.
Ser el único establecimiento con permiso de venta de petardos se nota. Ya ayer a primera hora de la mañana se podían observar colas de gente esperando para poder entrar en la tienda. Los trabajadores no daban abasto.
Todos los años sucede lo mismo. En éste, aunque se nota una pequeña caída en el consumo por culpa de la crisis, lo cierto es que siguen acudiendo igual.
Para hoy la situación se espera todavía más complicada ya que
la gente suele dejar las compras para el último minuto.
Para facilitar la compra dentro de la papelería, se estableció una cabina junto la entrada donde se efectuaban los pagos. Así el resto del establecimiento quedaba libre para poder curiosear a gusto.
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